PORQUÉ TODO MEJORA DESPUÉS DE SURFEAR

Surfear no es solo un deporte, ni una actividad de ocio. Es una confrontación honesta con lo que no se puede controlar. Es una sensación mezclada de frustración y éxtasis.

Cuando estás en el mar, ninguna ola responde a tu voluntad. El viento cambia, las corrientes deciden y el océano impone sus propias reglas. Se vuelve evidente lo frágil que es la idea de control. Lo único que queda es aceptar, adaptarse y actuar desde lo que sí puedes controlar: remar, esperar, levantarte, y volver a intentarlo.

Pero por duro que sea el surf, actúa como canalizador de conciencia plena corporal. Todos los que lo hemos probado, desde principiantes hasta expertos, hemos sentido la sensación repentina de suspensión del tiempo, solo pensando en el siguiente movimiento, estando 100% presentes en ese momento y en ese espacio.

Esa experiencia, aunque breve, crea una sensación en tu cuerpo que es difícil de explicar con palabras. Es como si, cuando terminas una sesión, el cansancio físico limpiara la mente. Como si el ruido de los pensamientos se apagara durante un rato y solo quedara esa sensación de calma expansiva.

Cuando sales del agua todo pesa menos, la vida sigue siendo la misma, pero tienes la mente más clara, los problemas no te arrastran, las prisas ya no las sientes tan urgentes.

Toda mejora cuando aprendes a dejar de pelear y moverte con la corriente.

Que nuestra camiseta “Surf More, Worry Less” te ayude a no olvidarlo.

Vértice Norte

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